31 de enero de 2012



El tío Edward era en realidad de Murcia. Lo único que hizo fue americanizar su nombre cuando emigró a los Estados Unidos. Se había instalado en Pittsburgh, donde trabajó de operario en una fábrica de acero. Sus problemas de oído le impidieron ir al frente. Después, la última noticia que se tuvo de él fue esta fotografía en la que aparece con su coche. Se la envió a su madre para que viese que había prosperado.

30 de enero de 2012



Nadie supo como nació en Jaime esa desmesurada atracción por el lejano oriente que le llevó a dejarse bigote, ponerse un kimono y casarse con una japonesa. Según las habladurías de mis tías, ella era hija de un importante diplomático. Pero yo jamás las creí, porque a las tías les gustaba presumir mucho y para eso tenían demasiada imaginación.

27 de enero de 2012



El tío Georges siempre quiso ser equilibrista. La rotunda negativa de su padre le convirtió en un eficiente contable de una compañía de seguros. Todas las vacaciones de verano se entregaba a hacer piruetas en la playa. Hasta que vinieron sus problemas de sobrepeso.