3 de febrero de 2012



La familia siempre había dicho que la tía Hilda era un poco excéntrica porque quería ser cantante. Su padre, que era un importante notario de Le Havre, murió de un infarto cuando vio ésta fotografía de su hija en un oscuro “night club” portuario. Lo más curioso del caso es que nadie recordaba ningún concierto suyo, pero son muchos los testigos de sus noches de desenfreno. Años más tarde me enteré que la tía tenía muy mal oído y gustaba hacerse retratos como éste con tal de provocar a los suyos.