6 de febrero de 2012



Harold era el amigo más parlanchín del abuelo Harry. Ante la escasa atención que le prestaban sus allegados, conocidos y empleados, decidió rebelarse y buscar a alguien que le comprendiera. Cuando apareció Peter en casa, la familia lo vio con un cierto alivio. Se lo llevaba a las reuniones con los consejeros de su empresa, al club de fumadores o a jugar al golf. Nadie, si siquiera los suyos, supieron de lo que hablaban, por el simple hecho de que nadie se arriesgó a interrumpir sus monólogos.