13 de abril de 2012



Gastón Bonnet siempre quiso ser bailarín. Desde muy pronto compaginó sus clases en la prestigiosa academia parisina de Mme. Lerroux con sus deseos de formar parte de la compañía de Nijinsky. Pero no pudo prever los caprichos del destino y, los que son ineludibles, los de la propia naturaleza. A pesar de su pasión, su constitución física le impidió cumplir su sueño. Hay testimonios de la época que dicen que Gastón lo llevó con gran dignidad, pero no existen datos que lo confirmen, ni tan siquiera sobre su vida posterior. De él, sólo se conserva una imagen, con su estatura menuda, sin apenas pelo, con perilla y una mirada especialmente triste.

· Fondo musical para acompañar la lectura: The Philadelphia Orchestra - Clair de lune (Claude Debussy), de la BSO de Ocean's 11 (Steven Soderbergh, 2001) (http://www.youtube.com/watch?v=s2Uo5kcDpyg)