15 de junio de 2012



Hastiado de su monotonía laboral, el señor Moon decidió dar un impulso importante en su vida. Lo más delicado era hablar con su hijo Bob ya que implicaba medir cada una de sus palabras. Superada la tensión inicial, le propuso cambiar el puesto de consejero delegado que ocupaba en la fábrica de bombillas por su flamante furgoneta. Sin tener ni idea, Bob accedió porque pagaban bien. Resuelto el asunto, ya que el señor Moon era viudo, se puso unos harapos acordes con los nuevos tiempos y se hizo con unas casetes por la cosa de ambientar su aventura. No se supo nada de él, aunque hay quienes dicen haberle visto subido en el escenario de un famoso festival.

· Fondo musical para acompañar la lectura: The Who - I'm free (http://www.youtube.com/watch?v=5roebfnD-bc)