16 de abril de 2012



Henriette siempre quiso a su marido, a pesar de sus largas ausencias. A Harry, más allá de su dedicación y entrega, le gustaba cumplir con las obligaciones del puesto, aunque ello le supusiese permanecer meses enteros en el continente europeo. Henriette, que apenas sabía nada de su actividad laboral, llevó bien el hecho de tener que educar sola a sus hijos. Su única preocupación era que los niños viesen a su padre como un intruso por el poco tiempo libre que le dejaba su profesión. Sea como fuere, cuando se jubiló, el problema fue otro. Harry no pudo evitar la costumbre de seguir “observando” a los demás, como siempre había hecho durante su vida laboral como espía.

· Fondo musical para acompañar la lectura: John Barry - From Russia with love (http://www.youtube.com/watch?v=iS0ddnUwU0Q)