13 de junio de 2012




Mi padre, que nunca supo lo que en realidad quería hacer en su vida, se dejaba llevar por los arrebatos que cada cierto tiempo le daban, como cuando decidió escribir una obra de teatro tras haber visto una de J. M. Barrie. Sabíamos que papá era una buena persona, por ello mis hermanas y yo nos dejamos engatusar y accedimos a representar la que fue su única pieza teatral. Fue algo tan indescriptible que los pocos familiares que la vieron ni tan siquiera pudieron emitir palabra alguna. Pero para mí fue una experiencia excitante porque, por primera vez, tuve la sensación de dominar a los mayores, allí, aguantando para no disgustar a los niños.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Paul Godwin - Tango ballade (Threepenny opera - Kurt Weill) (http://www.youtube.com/watch?v=ARfumOj5GLw)