21 de junio de 2012



Muy pronto se dio cuenta Magda Deveraux de sus escasas habilidades para las artes y las letras a pesar de la atracción que profesaba por tales disciplinas. Es por ello que un buen día descubrió que podía canalizar toda aquella creatividad que bullía en su interior a través de su propio cuerpo, convirtiéndolo en su verdadero medio de expresión, como también sabía que los eventos culturales eran el espacio idóneo para desplegar toda su sofisticación. Al fin y al cabo, los artistas eran los que mejor comprendían sus extravagancias, aunque a veces hubiera complementos que le impidieran tener con ellos unas relaciones algo más estrechas.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Henri Mancini - Theme from The party (Blake Edwards, 1968) (http://www.youtube.com/watch?v=UPyd8DEDiw0)