11 de abril de 2012



Revisando mis viejas fotografías, me vienen a la memoria muchos recuerdos de mi época de estudiante. ¿Quién no a esas edades ha cometido sus locuras? Tampoco quiero cansarles con las mías. Sin embargo, he de confesar que hubo una que, a pesar de su carácter inocente, es la que guardo con más afecto. Fue durante aquel verano del 59… ¿O era el del 60? Bueno, es igual. El caso es que ese verano yo, por primera, y creo que única vez en mi vida, me sentí el rey del mundo. No sucedió nada extraordinario. Simplemente me dediqué a aprovechar los privilegios que me daba mí puesto de socorrista en la torreta de vigilancia. Eso sí, procurando no molestar a nadie.

· Fondo musical para acompañar la lectura: The Brothers Four - Greenfields (http://www.youtube.com/watch?v=wDFA-BTu-Jo)