9 de abril de 2012



Según cuentan, al bisabuelo Horacio no le gustaban las vacaciones. Siempre deseaba que se acabasen cuanto antes para poder volver a su oficina. Al parecer, solía decir que en su despacho estaba como en el cielo. Esa obsesión por el trabajo irritaba mucho a la bisabuela, que era una mujer de carácter, y más si el bisabuelo lo adornaba con esas cursilerías. Cuando supe esto, me entró una gran curiosidad. Un día, oculta en un lugar determinado que no voy a desvelar, encontré la prueba que confirmaba mis sospechas. Nunca dije nada a los míos. Me convertí así en el cómplice del bisabuelo, a pesar de que ya llevaba muchos años en el cielo, si es que existe.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Fred Astaire - Cheek to cheek (http://www.youtube.com/watch?v=NrCsyN-fZ94)