17 de abril de 2012



Siempre me daba miedo ir con mi madre a la farmacia del Sr. Munro, cuya maléfica mirada me provocaba temblores. Ella me decía que exageraba, que reconocía que no era un hombre muy alegre, pero que le parecía excesivo que yo pensase que era la versión neoyorquina de Fu-Manchú. No se porqué, pero siempre me lo imaginaba robando y asesinando a almas cándidas como mi madre. Un día supe que nunca hizo daño a nadie, salvo a hacienda. El padre de mi amigo Joe afirmaba que llegó a compartir celda con Al Capone. Pero eso poco importa. La verdad era que el Sr. Munro nos caía muy mal a todos los niños del barrio.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Scott Joplin - Pineapple rag (http://www.youtube.com/watch?v=3-PtpGBmr5E)