4 de septiembre de 2012



La obsesión de Frederick y Layla Smithson por entrar en las altas esferas de Baltimore les llevó a pergeñar todo tipo de estrategias. No es que él, que era un abogado del montón, invirtiese su exiguo sueldo en adquirir los mejores trajes y vestidos, ni que ella dedicase infinitas horas en averiguar todos los eventos sociales que tuviesen lugar en la ciudad, sino que, por la cosa de figurar y hacerse conocidos, hacían todo lo posible hasta por estar presentes en toda fotografía que se hiciese, porque salir con la familia del senador Will Hanson, como en este caso, daba su caché, aunque Frederick y Layla tuviesen que estar detrás de una ventana.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Bunny Berigan - High society (http://www.youtube.com/watch?v=R6esnM5O9nw)