14 de septiembre de 2012



Mi madre nunca acabó de superar del todo la frustración que le causó la boda de mi hermana Jane. El problema no fue que sólo apareciesen tres músicos de la orquesta contratada, sino el monumental plantón que les dieron los invitados. Hasta fallaron sus mejores amigos, como si su hija fuese una apestada. Ahí estaba ella, al lado de los novios. Y mi padre. Y detrás yo, con las tías, intentando crear buen ambiente. Días después, aún con el disgusto en el cuerpo, mi madre descubrió por Claire, una vecina con fama de cotilla, que hubo un pequeño error ortográfico en la dirección que figuraba en las invitaciones, lo que había llevado a todo el mundo a desplazase hasta un pueblo costero, a más de un centenar de kilómetros del lugar del enlace.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Ella Fitzgerald - Cheek to cheek (http://www.youtube.com/watch?v=B5wQDxumlDc)