9 de noviembre de 2012



Desde que se conocieron en el instituto, Nino Bertone y Tarsicio Bonello se hicieron íntimos amigos por su temprana y común inquietud por el diseño de moda. Pero el incipiente aspecto sofisticado que empezaron a mostrar unido a su especial relación amistosa aumentaron, si cabe aún más, las habladurías entre los vecinos de su pequeña localidad natal, San Giovannello, algo que molestó de sobremanera a sus respectivos progenitores, ya que el de Nino era médico y el de Tarsicio notario. Por eso mismo, y dadas las escasas oportunidades y los respectivos desacuerdos paternos, decidieron abandonar Sicilia y emigrar a New York, donde estaban convencidos que podrían dar rienda suelta a su creatividad con total libertad. Y se cumplieron sus pronósticos, ya que, en poco tiempo, consiguieron ser conocidos, aunque principalmente por su gran sentido del humor, al imprimir un aire renovador y desenfadado a la seriedad predominante con su innovadora línea de calcetines para hombre que se salía por completo de la tendencia dominante. Sea como fuere, el fracaso no pudo borrar su sonrisa y, aunque hoy en día nadie sea consciente de ello, sus modelos de calcetines son los más codiciados en Manhattan.

· Fondo musical para acompañar la lectura: James Taylor Quartet - Blow up (http://www.youtube.com/watch?v=qtZefq51Y7I)