13 de noviembre de 2012



Martha y Frederick eran conscientes de las dificultades que conllevaba su vocación cuando dieron sus primeros pasos en una importante academia de arte dramático en Nueva York. Se habían conocido en las clases de interpretación de Zsigmond Szabolcsi estableciendose entre ellos una buena amistad. Pero, tras terminar sus estudios, volvieron a coincidir en pequeñas obras del Off–Broadway desempeñando ambos roles de escasa relevancia. Fueron pasando los años y Martha y Frederick seguían sin conseguir el papel de su vida, pero sus caminos se cruzaban una y otra vez sobre los escenarios, siempre con personajes de dos o tres frases. Un día Martha se presentó al casting para una película de ciencia ficción que iba a dirigir el afamado Roger Desmond, como también hizo Frederick. Y de nuevo volvieron a reencontrarse, pero esta vez harían dos personajes mucho más cercanos y sin diálogos, porque ambos serían la pareja que se besa al entrar en el gran cohete espacial en el que huyen los habitantes de una colonia lunar ante la amenaza de una invasión marciana. Su interpretación fue tan convincente que Desmond prolongó la toma unos segundos más, convirtiéndose en una de las escenas icónicas del film. Martha y Frederick participaron en las tres secuelas que se rodaron a continuación, hasta que decidieron abandonar el cine, cansados de hacer el mismo papel y con las mismas escafandras.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Lydia Kavina - Clair de lune (https://www.youtube.com/watch?v=Xn4TgYkqdi8)