10 de diciembre de 2012



Aunque hay circunstancias que no se han podido verificar, dicen que la fama de gafe de Honoré Bonheur prorrumpió en el mismo momento en el que nació, porque ese día se produjo una gran inundación. Cuentan que su niñez estuvo marcada por numerosos infortunios que afectaron a varios miembros de su familia, siendo el más sonado el que aconteció una tarde de otoño, cuando al abuelo, que bajaba por una ladera, le cayó un rayo justo en el momento en el que Honoré lo señalaba con el dedo al responder a su madre donde estaba el anciano. Después, al parecer se convirtió en un joven apuesto que encandilaba a cuantas jóvenes se cruzaban con él, aunque su condición de cenizo siguió ocasionándole no pocos malentendidos y situaciones rocambolescas allá por donde fuese. Cuenta la leyenda que durante la guerra, Honoré se percató que las continuas calamidades que sufría su regimiento eran debidas a su presencia por lo que, para evitar males mayores, decidió desertar. La versión más extendida dice que le capturaron al poco tiempo y que, tras ser juzgado por una corte marcial, lo llevaron ante un pelotón de ejecución formado por cuatro mujeres, ya que en aquellos días todos los hombres se hallaban en el frente. Como también su sino le volvió a jugar una nueva mala pasada, porque las cuatro chicas habían sido antiguas novias suyas.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Django Reinhardt - I can't give you anything but love (http://www.youtube.com/watch?v=HTX2ahPhHS8)