29 de febrero de 2012



El señor Ross tenía una pequeña tienda de golosinas en Brooklyn a la que íbamos todos los niños del barrio. También vendía cromos porque, en realidad, esa era su verdadera pasión. Si te faltaba uno, se lo decías y en un par de días lo tenía. Gracias a él conseguí el de Babe Ruth, el cromo más solicitado, y pude completar la colección de jugadores de béisbol. El señor Ross era muy simpático aunque algo nervioso y huidizo. Años más tarde circulaba el rumor de que, durante una monumental discusión con su anciana madre, ésta le rompió un cromo de Shirley Temple y que él no se pudo contener.

28 de febrero de 2012



Al señor Woods le fotografiaban siempre utilizando un trípode porque su sorprendente quietud podía poner de manifiesto si un fotógrafo tenía mal pulso. Al fin y al cabo, fueron cuarenta años dedicados a estar vestido de jefe indio en la puerta de un conocido restaurante de Tulsa, Oklahoma. Dicen que la fuerza de la costumbre deja mella y, en el caso del señor Woods, fue así. Tras jubilarse, continuó estando de pié como una estatua, día tras día, ante la puerta de su casa, absorto en sus pensamientos. Pero ahora con su traje, su sombrero y su bastón. Y en silencio, como era su costumbre.

27 de febrero de 2012



Al fin Soren Hansen tuvo una idea para acabar con ese temor que le había perseguido durante años de si era cierto aquello de que la cámara quita una parte del alma a esa persona a quien se retrata. Por ello recurrió a los fotógrafos Jorgen Owe y Anders Nielsen para llevar a cabo el experimento. Anders tenía que captar el instante en el que Soren era fotografiado por Jorgen. Al ver después la instantánea, Soren comprobó que tanto él como Jorgen y la cámara seguían en el mismo lugar y sin que hubiese sucedido nada extraño. Entonces Soren se palpó a sí mismo y suspiró profundamente. A partir de ese día llevó una vida mucho más sosegada en Aalborg hasta que murió, ya muy anciano, en un soleado día de otoño.

24 de febrero de 2012



La abuela tuvo un monumental disgusto cuando supo que el abuelo, después de cuatro hijos, siete nietos y treinta años de matrimonio, se lió a sus setenta y pico con Cósima. La cosa duró poco. Unos dicen que fue tan sólo un calentón. Y otros, simplemente, no lo entendieron, porque el abuelo tampoco era para tanto. Sea como fuere y después de ese viaje que nadie sabe donde estuvieron, la cosa se enfrió entre ellos. Pero, por encima de todo, lo que más fastidió a la abuela fue ese tipo del pelo blanco. Una cosa era la chifladura de su marido y otra bien distinta que ese individuo, además de salir en la foto, tratase de quitarle el protagonismo.

23 de febrero de 2012



El señor Markopoulos era una de las personas más conocidas del East Village. Abandonó su Grecia natal con la esperanza de construirse un futuro mejor. Y lo consiguió a su manera, a pesar de los escasos dones que la naturaleza le había otorgado. Fue el único delincuente cuya candorosa torpeza despertaba tal simpatía entre sus víctimas que, en el momento de identificarle en comisaría, la mayoría de ellas le daba monedas. Por ello, el señor Markopoulos nunca pasó hambre. Algo que además le proporcionó una enorme popularidad porque fue el hombre mas fotografiado del distrito. Hoy en día, todavía nadie le ha superado.

22 de febrero de 2012



El tío Earl jamás supo que le vio medio país en las portadas de los principales periódicos. Los titulares hablaban sobre un despido masivo. Como era un hombre muy reservado, los allegados y conocidos pensaron que lo habían puesto en la calle y que, lo que fotografió el reportero gráfico por casualidad era al tío en plena acción de protesta lo que, por otra parte, enorgulleció de sobremanera a la familia. Pero muchos años después su aureola se vino abajo cuando supimos que, en realidad, el tío Earl lo único que hacía era adular a sus jefes para asegurar su puesto de trabajo.

21 de febrero de 2012



André Deveraux fue uno más de aquellos hombres que tuvieron el sueño de volar. En su condición de entomólogo, y tras varios años de intensas investigaciones, fabricó un complejo traje al que dotó con las propiedades voladoras de los insectos. Pero, poco antes de subir al campanario de la iglesia de Clermont-Ferrand para probarlo, fue detenido y confinado en un sanatorio psiquiátrico.

20 de febrero de 2012



Cuando conocí al señor Wilkinson era ya un hombre avejentado y abatido. Él, que había sido uno de los pioneros de la era espacial se hallaba hoy en día sumido en el olvido y en la incomprensión. Me contó que él fue el verdadero inventor del traje espacial. Pero que aquello fue un monumental fracaso que terminó con su carrera. Desde su retiro en Sterling, Colorado, nunca dejó de preguntarse que es lo que había fallado.

17 de febrero de 2012



Esta es la única imagen que se salvó de los álbumes familiares de Joe Bishop después de que, en un ataque de ira, la señora Bishop los destruyese por completo. Joe era un respetado fabricante de vallas publicitarias cuya desmesurada pasión por su trabajo le costó el divorcio. Eran demasiadas “vacaciones inolvidables”, como él solía llamarlas, fotografiándose con los suyos en cada cartel que encontraban a su paso.

16 de febrero de 2012



… sin embargo, las vacaciones del matrimonio Olsen eran diferentes. Les gustaba conocer nuevas ciudades, pasear por sus calles o visitar algún museo que otro. El problema era que el señor Olsen tenía muy mala memoria, algo que le había ocasionado infinidad de conflictos en su pequeña tienda de ultramarinos en Vermont. Es por eso que, ante el temor de no poder recordar los lugares en los que había estado, reunió sin quererlo tal archivo fotográfico que hoy en día se ha convertido en uno de los puntos de referencia para el Ministerio de Fomento americano.

15 de febrero de 2012



El primo Guido era cantante de ópera, o al menos eso era lo que siempre creyeron los suyos. Según la correspondencia del propio Guido, en la que incluía fotografías como en ésta que aparece caracterizado del Canio de "I Pagliacci" como certifica la inscripción del dorso, se había convertido en un gran tenor. Cuentan que la familia, de condición muy humilde, estaba muy orgullosa de él, aunque jamás le vieron actuar. Luego, mis sospechas se confirmaron. Todo lo que cantó Guido no fue más allá del jolgorio etílico en las tabernas que solía frecuentar con sus amigos. Pero también quise imaginar que no tuvo mala intención.

14 de febrero de 2012



Cansada de su familia y de su vida en Suffolk, la señora Woodhouse decidió un día hacer sus maletas y desaparecer del mapa. Su hijo Bob no se lo podía creer, ni tampoco sus hijas Mary y Elizabeth, justo ahora, cuando acababa de nacer su quinto nieto. Y menos aún Henry, que era el embrujo de su madre. Sin embargo el señor Woodhouse permaneció impasible, como era su carácter habitual. Desde que ella se marchó sólo tuvieron noticias suyas a cuentagotas, en forma de fotografías y en las que se cuidaba de escribir al dorso el nombre del lugar que visitaba. Detrás de ésta pone “Fiordo Geirangerfjord”. Hoy en día hay quienes la sitúan en las islas Seychelles.

13 de febrero de 2012



Al enseñarnos esta vieja fotografía varios años más tarde, la Sra. Jones, nuestra vecina, nos reveló por qué su marido perdió las ganas de vivir. El Sr. Smith, el Sr. Johnson, el Sr. Jones y el Sr. Williams eran empleados de la tienda de coches de ocasión más grande de Crossville, Tennessee. El día en que se hizo la fotografía era el mismo en el que se nombraba al vendedor del año. Fue la única vez que el Sr. Jones estaba entre los finalistas. Incluso ese día se puso una pajarita porque, según él, le daba un porte más distinguido. Al no oír su nombre, y como era de suponer, se le quebró algo en su interior.

10 de febrero de 2012



El señor Keevil era un hombre muy gentil y divertido que organizaba partidas de póquer en Queens, donde vivíamos. Hasta que un día apareció un inspector de New Jersey y le invitó a que le acompañase. Dicen que por un asunto de estafas. Sea lo que fuere, los rumores afirmaban que era tan simpático que pronto hizo muy buenos amigos en prisión. Y además, le fotografiaban con ellos, como aquí, que aparece con el señor Hirscham y los hermanos O’Brien, ni más ni menos que los timadores más buscados de Maryland. No sé por qué, pero siempre tuve la intuición de que el Sr. Keevil poseía un don de gentes muy especial.

9 de febrero de 2012



Muchos años después comprendimos por qué el tío Sidney se ponía nervioso cada vez que veía una cámara fotográfica. Algo que entristecía a la abuela, ya que no tenía ni un solo retrato de su hijo. Ni siquiera sabía en que trabajaba. De cuando en cuando el tío traía dinero y se marchaba. Luego hubo un largo silencio, hasta que apareció su ficha policial. Al parecer era un peligroso atracador de bancos. Según la versión oficial, el tío Sidney murió ahogado en los pantanos de Louisiana tras fugarse de la cárcel. Sea como fuere, la abuela por fin tuvo una imagen de él. Y segundos después un infarto a causa del sofocón.

8 de febrero de 2012



Leonard era un ser muy introvertido al que desde muy temprana edad se le despertó un inusitado interés por el acordeón. Ni su padre, que vendía lavadoras en Clermont, ni ningún miembro de la familia habían tenido nada que ver con el mundo de la música. Incluso mostraban recelo hacia las inclinaciones artísticas de Leonard, que entregó su vida al instrumento. Nadie le vio con amigos y jamás dio concierto alguno. Hasta que murió a edad avanzada. Hay quienes afirman haber oído sus composiciones al pasar delante de su casa y que éstas eran algo insólito para su tiempo.

7 de febrero de 2012



Del bisabuelo Honoré jamás se ha conservado retrato alguno para la posteridad, porque entre otras razones, solo se hizo una fotografía. La bisabuela, avergonzada, la había ocultado entre las páginas de su Biblia. No podía permitir que su marido, un respetable contable del mercado de abastos de Boulogne-sur-Mer, echase por tierra su reputación. Muchos años después supimos que el bisabuelo Honoré era un gran bromista y que tampoco sabía nadar.

6 de febrero de 2012



Harold era el amigo más parlanchín del abuelo Harry. Ante la escasa atención que le prestaban sus allegados, conocidos y empleados, decidió rebelarse y buscar a alguien que le comprendiera. Cuando apareció Peter en casa, la familia lo vio con un cierto alivio. Se lo llevaba a las reuniones con los consejeros de su empresa, al club de fumadores o a jugar al golf. Nadie, si siquiera los suyos, supieron de lo que hablaban, por el simple hecho de que nadie se arriesgó a interrumpir sus monólogos.

3 de febrero de 2012



La familia siempre había dicho que la tía Hilda era un poco excéntrica porque quería ser cantante. Su padre, que era un importante notario de Le Havre, murió de un infarto cuando vio ésta fotografía de su hija en un oscuro “night club” portuario. Lo más curioso del caso es que nadie recordaba ningún concierto suyo, pero son muchos los testigos de sus noches de desenfreno. Años más tarde me enteré que la tía tenía muy mal oído y gustaba hacerse retratos como éste con tal de provocar a los suyos.

2 de febrero de 2012



Jacques Bergeron era un amigo de mi padre que un día descubrió que podía inclinar su cuerpo sin perder el equilibrio. Conmovido por tal habilidad, comenzó a practicar en sus ratos libres. Cuando dominó la técnica, su cuerpo le pidió nuevos retos. Primero fue sobre una silla, después en una mesa, luego en lo alto de una escalinata y, días más tarde, en la loma de una duna, momento que recoge la fotografía. A los pocos segundos de ser tomada, le entró un ataque de vértigo. Jacques nunca volvió a ser el mismo.

1 de febrero de 2012



Nuestro padre quiso que mi hermano heredase su bufete. Y le obligó a estudiar derecho. Pero él quería ser detective. Desde temprana edad se dedicó a ver películas policíacas. Adoraba a Charlie Chan y a Nick y Nora Charles. Sin embargo, yo, que veneraba a Bette Davis, me hice cargo del despacho. Y mi hermano, como era de suponer, nunca jamás fue detective.