5 de febrero de 2013



El enorme optimismo que siempre derrochó el tío Lionel le convirtió, sin quererlo, en el hombre más longevo de Bayfield, Wisconsin, una localidad situada a las orillas del Lago Superior. Desde muy joven, el tío había despertado las simpatías de la reducida clientela que acudía religiosamente a la pequeña tienda de su padre y que después heredaría y mantendría hasta su jubilación gracias a su gran afabilidad. Y no era para menos, ya que en aquellos tiempos, Bayfield era un minúsculo lugar con muy pocos habitantes. Pero si hubo algo que hizo célebre al tío en la comarca fue, precisamente, ese optimismo unido a su irreducible perseverancia cuando se entregaba en sus ratos libres a la gran pasión de su vida, la pesca. Una vez que acoplaba su pipa en la boca y desplegaba su caña, el tío Lionel lograba tal concentración que se le olvidaba hasta del paso de las horas. Incluso la mayoría de las veces la tía tenía que ir en su búsqueda para que regresase a casa a cenar. Pero lo insólito de aquello no era su quietud, sino los trofeos que obtenía y que él, sin perder un ápice de humor, mostraba a sus amigos con total naturalidad. Porque el tío Lionel siguió pensando hasta el último día de su vida que su gran pieza aún estaba por capturar.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Bing Crosby & Louis Armstrong - Gone fishin (https://www.youtube.com/watch?v=vYtYCSXRpzc)