19 de junio de 2013



Si hubo algo que el tío Norbert amó sobre todas las cosas eso fue su profesión como vendedor de productos cosméticos. De hecho, durante más de dos décadas recibió anualmente la distinción de ser el mejor empleado del año por lo que, según supe después, no sólo tenía la admiración de su jefe sino también la de todos sus compañeros que veían en él un verdadero guía espiritual. Porque el tío no sólo se conformó con cumplir su cometido, sino que, simplemente, fiel a su lema de que su misión era hacer realidad las ilusiones de la gente, se entregó en cuerpo y alma a ofrecer sus servicios con una precisión cada vez mayor. De ahí que acabase convirtiéndose en el verdadero adalid de la innovación en el departamento de ventas y la causa, también, de su soltería. Algo que siempre fue un misterio para la abuela porque el tío siempre fue una persona muy tímida, aunque a ella le hubiera gustado que encontrase una buena mujer. Pero él adoraba su trabajo, y por encima de todo, lo que más le apasionaba era superar retos cada vez más difíciles, como ir a zonas donde no hubiese una gasolinera en muchos kilómetros a la redonda.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Maurice Ravel - Adagio assai del Piano concerto en sol - Arturo Benedetti Michelangeli (piano) / Sergiu Celibidache & London Symphony Orchestra (http://www.youtube.com/watch?v=penNqSSZTIs)