6 de septiembre de 2013



Yo quería a mi hermano, a pesar de que era un tipo muy raro y silencioso. Papá, que era muy bruto, decía que lo que necesitaba era un poco de mano dura para que se le quitasen de una vez por todas sus absurdas ideas. Y ahí era cuando intervenía mamá, porque mi hermano era su ojo derecho, y eso era algo contra lo que papá no podía luchar. A mi esas cosas me daban igual, porque lo que a mi me intrigaba era la actitud de mi hermano que decía que en realidad era un vampiro y por ello mismo debía de vivir en la oscuridad, solo, sin ver a nadie. Y aún así logré hacer la única fotografía en la que aparezco junto a él. Luego, mucho tiempo después, caí en la cuenta de que si de verdad fuese un vampiro, la luz del flash le habría desintegrado convirtiéndole en polvo. Pero no dije nada. No quería echar más leña al fuego, ya que mi padre había conseguido, al menos, que trabajase con él en la mina, un lugar donde podía tener toda la oscuridad que quisiera.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Marion Harris - I'm a jazz vampire (http://www.youtube.com/watch?v=_tW5aheGLLw)