29 de enero de 2014




Todavía recuerdo a mi madre llorando desconsoladamente sentada en el sofá del salón y a mi padre llevándose las manos a la cabeza cuando supieron la verdad sobre el tío Modest por aquella carta anónima que llegó una tarde de otoño. Yo tenía once años, y aunque todavía muchas realidades se escapaban a mi entendimiento, había otras de las que estaba demasiado enterado gracias a mi tío Modest quien, a pesar de todo lo que sucedió después, aún le sigo considerando mi primer maestro en las cosas de la vida. Porque hasta aquel día, el del cisma familiar, el tío había sido un enigma para todo el mundo. Nadie sabía muy bien a que se dedicaba. Tampoco tenía importancia, porque lo fundamental para nosotros era lo que nos contaba. Sabíamos que era un bon vivant, que viajaba mucho, pero también que era un gran narrador. Recuerdo veladas en las que nos dejaba ensimismados con los relatos de sus correrías, cuando asistía a todas esas fiestas a las que acudían famosos, estrellas de cine, políticos, nobles y gentes con glamour; de los vinos y el champagne; de las bellas mujeres que seducía bailando, porque, según él, la música vivía en sus pies, y de tantas cosas más. Fiestas que a veces tenían lugar en el Soho londinense, en el parisino Saint–Germain–des–Prés o en un barco sobre el Gran Canal de Venecia. A mi madre, aunque sabía que su hermano era un tarambana, le hacía feliz escuchar sus relatos de ensueño. Al fin y al cabo, mis padres llevaban una rutinaria existencia en su pequeña mercería donde los clientes casi siempre eran los mismos. Pero aquel día todos esos sueños se vinieron abajo, de sopetón, cuando vimos por primera vez la imagen de una de aquellas sofisticadas fiestas, la de esa fotografía que vino en un sobre anónimo, con el tío bailando el tango, del que decía que era su especialidad, y con ese mensaje subliminal en forma de nariz postiza que parecía decirnos a gritos que el tío era, en realidad, un farsante, con su encanto, pero un farsante.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Juan D'Arienzo - La cumparsita (https://www.youtube.com/watch?v=drZnrRXBNPk)