12 de abril de 2014




Jamás se imaginó el matrimonio Lefebvre que serían los protagonistas de un asunto que causó un enorme revuelo en París cuando una mañana de mayo, desnudos ante el espejo, pensaron que les sobraban unos kilos de mas. Fernand, quien nunca había mostrado demasiado interés por estar en forma, vio de repente que algo tenía que hacer con su cuerpo por la flacidez de la que hacían gala sus carnes. Hélène, que era una mujer que siempre se había cuidado mucho, enseguida le alentó en su decisión e incluso se apuntó con él para poner remedio a su maltrecho estado físico. Pero pronto la ilusión se tornó en un drama de imprevisibles consecuencias que les llevó a tomar la drástica decisión de encerrarse en su hogar para evitar las miradas y los cuchicheos. Algo había fallado en el milagroso tratamiento. Apenas nadie supo sobre el calvario que atravesaban Fernand y Hélene Lefebvre, ni siquiera sus amigos más íntimos a quienes tampoco les extrañó su mutismo ya que la pareja siempre fue poco dada a la vida social. Hasta que aquel día fueron portada en los periódicos, cuando tuvieron que ir a declarar al juicio contra el doctor Aristide Géroux, el nutricionista que prometió a Fernand que tendría el físico de Alain Delon.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Charles Gounod - Marche funébre d'une marionnette / David Dekker (Piano) (https://www.youtube.com/watch?v=YKpAuHTIqr4)