21 de septiembre de 2015




Mi abuelo Wolfgang murió en la indiferencia, menospreciado por sus antiguos compañeros de trabajo que vieron en él antes a un iluminado de extravagantes ideas que al ingeniero que contribuyó al desarrollo de la automoción. Porque él, según contaban en casa, desde que abrazó el marxismo en su juventud había canalizado su fuerte compromiso social a través de sus diseños, lo que le había ocasionado no pocos enfrentamientos con los dirigentes de la empresa. Hasta que aquel 28 de mayo de 1932, tras presentar su nuevo prototipo de transporte colectivo, fue despedido de manera fulminante sin que nadie pudiera imaginar que el abuelo había sentado las bases de lo que después sería el autobús.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Marek Weber und sein Orchester - Crepuscule (tango).