3 de marzo de 2016




A Eric Stoltz poco le importaron las habladurías, aunque supieran que era el hijo de un magistrado con renombre en la capital quien, en un momento de desesperación, trató de poner fin a las andanzas de su vástago quitándole la asignación y confiscándole las llaves de su deportivo. Gajes de oficio, pensaba Eric, consciente de las dificultades que implicaban sus esfuerzos por seguir los dictados de su vocación en un momento crucial de su vida en el que rozaba la treintena y aún no había abandonado el nido. Pero eran menudencias a las que restaba importancia, porque cuando entraba en acción surgía una fuerza en su interior que no podía controlar, lo que él llamaba el 'swing', despertando las envidias de sus amigos y los chismorreos de los demás cuando, atónitos, contemplaban como las chicas se acercaban a él, aunque se vieran obligadas a soportar situaciones de poc comodidad.

Fondo musical para acompañar la lectura: Cornell Smelser & His Orchestra - Accordion Joe.