26 de abril de 2016




No fue mi culpa. Y siendo consciente de mi mal, intenté ser amable, cordial, esbozar mi mejor sonrisa. Siempre. Sé que he cometido errores, que nadie es perfecto, que a veces las situaciones vienen dadas, que otras no se pueden dominar, que hay días más lúcidos y otros menos afortunados. Pero no..., no soy culpable de lo que soy, de como soy. No decidí ser así. Vino impuesto. Desde el instante en que vine al mundo. También fue un trauma para mis padres. Sé que ellos trataron de llevarlo como mejor pudieron. Y yo, a pesar de mis esfuerzos por ofrecer mi mejor talante, siempre me miraron con desconfianza. Hasta que aquel día tomé la decisión que cambió mi vida. Ahora me ve todo el mundo, me aplauden, se hacen fotos conmigo. Porque ahora, en el parque temático, soy muchos personajes. Personajes que tapan mi fealdad. Algo de lo que no fui culpable. · Fondo musical para acompañar la lectura: Danny Kaye - The ugly duckling